Breve entrada para recomendarles un lugarcito: Maison Belén es su nombre y sí, algo tuve yo que ver en su creación.
Mi
primer trabajo que considero en serio de mi sufrida vida de
freelancero, y quizás el orgullo más tangible de mi don, la imagen de
éste petit bistrot ubicado en la calle de Emilio Castelar en Masaryk,
es producto de la unión de dos talentos: Bere Torres y yo mero.
Nuestro
nombre artístico a la "Viruta y Capulina" es Hansel y Gretel, y
esperamos que así como con éste trabajito, nos salgan otros tantos que
más tarde pueda estar yo posteando (no tan modestamente) por aquí. Por
lo pronto, ya estamos haciendo el diseño de la página web de una tienda
en la Condesa, pero eso es harina de otro costal y ya les hablaré de
ella una vez que esté subida.
En
cuanto a Maison Belén, es un pequeño restaurante estilo parisino
comandado por una excelente chef: Belén Alonso.
Desde el momento en que la conocimos hace poco más de un año, supimos que clienta como ella no habría otra.
Desde el momento en que la conocimos hace poco más de un año, supimos que clienta como ella no habría otra.
Su primera referencia
gráfica para realizar el branding fueron los libros ilustrados de la
inglesa Lauren Child, "Charlie and Lola", y en ese instante nuestros
corazones dijeron "de aquí somos". Luego sacó una libretita kitsh para
anotar sus cosas y nuestros corazones latieron de felicidad. Remató
diciendo cuánto amaba "Mansión Foster" y fue entonces cuando supimos
que nuestros corazones pertenecerían a ella hasta el final de los
tiempos, y lamentamos el no haber salido de su útero 20 años después de
haber salido de los insuslsos úteros de nuestras respectivas madres.
Desde el diseño del logo, hasta el
personaje que creamos basándonos en ella como imagen del lugar, Belén
siempre nos ha dado lo que los diseñadores le pedimos a Santa Clos y a
Dios Padre, que tengan los clientes: libertad creativa. (Dicho sea de
paso, también las juntas más divertidas y "gozosas" en la historia de
las juntas...y pagos puntuales).
No duden en visitar éste lugar, que aparte de bonito también se come muy bien.
De
postre llévense unas trufas de chocolate y de tomar échense una
Orangina en mi honor, que es el "chesco" que me recuerda mis veranos en
los alpes (algo así como la Chaparrita europea). Si pueden, los insto
(qué bonito: "los insto") a que pregunten por la mismísima Belén.
Háganle plática, pregúntenle cosas y verán cómo la próxima vez no
solamente regresarán por lo bueno de los platillos y lo bonito del
lugar, sino también por la dueña de ésta, "su casa".
MAISON BELÉN, Emilio Castelar No 31, Polanco.